PLASMA RICO EN PLAQUETAS (PRP) en ZARAGOZA
Especialistas en el tratamiento con Plasma Rico en Plaquetas (PRP)
Dentro de las terapias biológicas es la más comúnmente utilizada por su sencillez e inmediatez en la obtención.
Los factores de crecimiento plaquetario son los productos que se liberan de las plaquetas cuando éstas actúan en el proceso de cicatrización y posterior curación.
Tienen funciones antiinflamatorias y de cicatrización, por lo que ayudan a acelerar la recuperación de las lesiones y a obtener un resultado más previsible y rápido.
Cuando sufrimos una herida, inicialmente se forma un coágulo y se liberan los agentes plaquetarios que inician una cascada de procesos para transformar ese coágulo en una cicatriz y posteriormente en un tejido sano similar al que se ha lesionado.
De esta forma, el PRP favorece los procesos de curación y reparación tisular en músculos, tendones, ligamentos y hueso.
Con la obtención del plasma rico en proteínas lo único que hacemos es potenciar las capacidades de curación de la sangre.
De cada gota de sangre solo el 1% cura los tejidos. Lo que hacemos es obtener todos los 1% de cada gota y despreciar la parte que no cura.
La obtención de los mismos es sencilla, mediante una venopunción de sangre periférica (como cuando se realiza un análisis de sangre) mediante jeringas especiales de doble émbolo para que la sangre no se contamine con el medio ambiente, obteniendo unos 20 cc. de sangre, que posteriormente se centrifugan (y en algunos casos se activa con carbonato cálcico) para diferenciar y desechar las diferentes series sanguíneas y obtener solo el plasma rico en proteínas.
Tras esta centrifugación se obtiene el plasma rico en proteínas obtenido de la degradación plaquetaria, infiltrándose en la lesión o reconstrucción.
En función de la cantidad de plasma obtenido, la calidad del mismo y la patología a tratar puede ser suficiente con una sola tanda de tratamiento, siendo necesario en algunos casos repetir el tratamiento una o dos veces más en el intervalo máximo de 15 días.
Este proceso debe realizarse en un ambiente estéril (quirófano o salas blancas), por personal médico cualificado, con sistemas especiales de extracción en los cuales la sangre no se contamine con el medio ambiente (jeringas especiales de doble émbolo) y centrifugación durante un tiempo y a unas revoluciones especificas en función de las necesidades.
Durante el proceso de extracción, centrifugado e implante de la sangre y el plasma obtenido, éstos no deben estar en contacto con el medio ambiente, no se deben pipetear sino utilizar jeringas y sistemas especiales.
Sus principales indicaciones son acelerar los procesos de curación del cuerpo, con lo cual en nuestra experiencia lo utilizamos como coadyuvante en procesos quirúrgicos para mejorar la curación de los tejidos reparados (fracturas, plastias de ligamento cruzado anterior, reconstrucciones tendinosas de hombro, lesiones tendinosas, etc.) siendo su utilización en monoterapia más limitada (casos de degeneraciones crónicas tendinosas o patologías tendinosas sin indicación quirúrgica).
Su utilización en patologías degenerativas crónicas (artrosis) está más que en discusión actualmente.
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